“Mamá sabe bien…” dice la canción. ¿Quién no acudió donde su madre en algún momento que necesitó resolver algún problema de índole doméstica? Alguna receta, un truco para guardar la ropa, métodos para doblar la sábana ajustable y hasta de qué modo queda mejor planchada una prenda.
Tenemos un problema: madre hay una sola, pero técnicas, a patadas. Por eso hoy, en Alicia Antigüedades, te traemos una serie de consejos y técnicas para blanquear, desmanchar y por supuesto, lucir tus telas, protagonistas de tu mesa. Te las van a contar las mismas Alicitas (y algún Alicito) desde su propia experiencia. ¿Qué mejor garantía para aventurarse a la limpieza que un Alicito supervisando al lado?
Vamos a los bifes:
Marisa, reina de blanqueamiento, no se queda atrás si de telas se trata. Hoy nos trae una técnica que heredó de su mamá, bordadora como pocas.
- Ella lavaba las telas con jabón en pan blanco y las dejaba bien embebidas en él. Luego extendía sobre el pasto un nylon sobre el cual apoyaba una tela blanca. Arriba de ella, las prendas a blanquear, que eran rociadas con jugo de limón. Al sol por unas horas, empapadas en jabón blanco y limón, dejaba las prendas inmaculadas. Sobre todo, las blancas.
Pablo sugiere quizás un método más drástico y conocido:
- -Baba de jabón en pan blanco (como usaban las abuelas), remojas la ropa, cualquiera sea, durante dos o tres días, la lavás, y queda como nueva – sentencia breve, pero con convicción.
Lili Carrizo saca las manchas con detergente. Lo coloca puro sobre la mancha en seco, la deja reposar un día y luego, al agua sin más.
Ivana, para repasadores, hierve agua con jabón blanco previamente rallado. Coloca allí las telas hasta que se entibie el agua y luego de refregar en ese mismo menjunje, las lava como habitualmente acostumbra.
¿Para manchas de frutos rojos? Vino blanco. No vayamos a creer que las botellas que descansan en su alacena son únicamente para consumo.
Ale García trae a la mesa el bicarbonato, otro aliado. Lo coloca en un balde con agua oxigenada de diez o veinte volúmenes, agua común y un chorrito de detergente (a ojímetro. Mamá sabe). Moja un paño de algodón con esa mezcla y, envolviendo con él la plancha bien caliente, frota con ganas el sector de la mancha. Aunque es una receta para colchones, afirma que con manteles y otras telas le dio buen resultado.
Vivi Palamé nos acerca una receta similar, pero que vale la pena dejar plasmada para quien quiera aventurarse a probar y adoptar la que mejor resulte:
- - En un balde o en la bañera, poner agua bien caliente con percarbonato de sodio. Proporción: tres cucharadas soperas cada cinco litros. (Si no tiene cucharas soperas, antes de abandonar la tienda, arrebatá un par, que Alicia tiene algunas). Dejar reposar unas horas y luego, mandar al lavarropas con el jabón habitual y bicarbonato. Sugiero vinagre en el enjuague, les van a quedar impecables – cierra.
Nos deja otro tip: las manchas de aceite salen con detergente puro, cepillito y al lavarropas con el ya famoso bicarbonato.
Adriana Martínez desmancha todo con jabón blanco. Abuela experta, no les teme a las manchas complicadas, para las cuales usa desengrasante de cocina. ¿Su secreto? Muñecas. Refregar y refregar, antes de mandar al lavarropas. Coincide con Vivi en que el vinagre deja los toallones más suaves.
Algunas conocidas, otras algo más rebuscadas; heredadas, pasadas de boca en boca. Todas estas técnicas llegan a nuestras manos avaladas por quienes se animaron a poner manos a la obra para volver a lucir esas telas, servilletas o prendas que merecen ser vistas por todos.
Mamá sabe bien. Hacele caso. A pesar de la variedad de estrategias, todas coinciden en algo: Usen sus servilletas y manteles, no teman a las manchas. Mucho menos ahora que ya tenemos sus secretos para que siempre parezcan a estrenar.
¡Gracias, Alicitas!
