Inicio Productos Carrito 0
VAJILLA - CRISTALERÍA - MANTELERÍA - ANTIGÜEDADES
VAJILLA - CRISTALERÍA - MANTELERÍA - ANTIGÜEDADES

Una segunda oportunidad

Una segunda oportunidad

                                  Alguien dijo alguna vez: “Que todo lo que pase por tí, se transforme”. Para Susan, esta frase es como un reto. No quiere llamarlo hobbie, eso se lo deja a sus diferentes colecciones de objetos cada vez más variada y grande. Lo que ella hace, en sus propias palabras es “un entretenimiento, una terapia”.

Susan, una asidua concurrente a los vivos de Ali, se hizo famosa por siempre comprar objetos con faltantes o algunas imperfecciones. Tiene un motivo: es una apasionada de las restauraciones. No le teme a ningún nuevo desafío ni escapa a una rotura. Sabe que, con el material indicado, la pieza que ahora se observa en su mesa, volverá a brillar como si recién hubiese sido fabricada.

Cuando llega el momento de poner manos a la obra, no se detiene hasta conseguir su objetivo.

-          - Mientras trabajo, pienso en qué podría utilizarse, para qué podría servir y hasta qué usos diferentes puedo darle. Vienen a mi cabeza preguntas como: “¿Por qué manos ha pasado? ¿Cuántos años tiene? ¿Cuál es su historia?”. Para mí, cada objeto merece su tiempo y su espacio. Mi meta es siempre la misma: que se vea más bello y que pueda ser utilizado.

-          - ¿Eso le da más valor? – Pregunto.

-               - No pienso que por restaurarlo pueda valer más. – dice con firmeza – Las piezas valen por su diseño, su sello, su antigüedad, los años que posee.

-        -   ¿Restaurarlas es darles una segunda oportunidad?

-                    - Totalmente. Por mi parte, no puedo ver objetos rotos, es como si algo muy adentro me dijera: “restauralo”, y doy todo de mí para que vuelva a tener una nueva chance de uso. Mis restauraciones forman parte de mi vida.

   Hace ya algunos años que invierte parte de su tiempo en desarrollar su veta artística. Pinta cuadros y realiza dibujos sobre madera, tela, cuero, metal. Cualquier tipo de superficie u objeto que llegue a sus manos, probablemente sea intervenido, transformado y, si es el caso, reparado. Usa pintura al óleo, maneja la técnica del decoupage y hasta teje.

 

-              - Recuerdo que hubo un momento de mi vida en que, si te quedabas quieto, te pintaba – añade super ocurrente.

A la par de sus habilidades, sus técnicas son también numerosas, porcelana fría para la vajilla, varios tipos de pegamento, pulidor para los cubiertos, alguna madera para un mango ausente…

-             -  El toque final es lijar, darle color y una manito de barniz – dice mientras pone ante mí una soberbia pieza Capodimonte cuyas cicatrices no logro identificar. Confieso que creí que no tenía reparación alguna.

Una alicita super ocurrente y acaso una de las más entregadas al arte entre los espectadores de Alicia. Es gracioso ver que, en muchas ocasiones, al aparecer alguna pieza, figura o elemento con ciertas roturas, más de uno diga “para Susan” y que sea ella, finalmente, quien lo termina adquiriendo.

Me atrevo a preguntarle, antes de dejarla continuar con su trabajo, cuál es su fuente de inspiración. De dónde viene aquella vocación de ver en todo, una segunda oportunidad.

-                   -  La inspiración sale de muy adentro, desde el alma, del corazón. Amo cada cosa que hago y yo creo que se trata de eso: de sentirlo.

Valoro estas palabras que me regala y comprendo que no sólo sirve para los objetos que sus manos renuevan, sino también como un consejo para la vida.

¿Quién no tuvo alguna vez que darle una nueva mano de barniz a su corazón? ¿quién no tuvo que dar o darse una segunda oportunidad?